Estos son los originales utilizados en el estudio---las pocas hojas sueltas que Manuel Fernós López y yo pudimos encontrar gracias al talentoso bibliotecario Pedro Roig. Sorprendentemente, parece que Daubón no pudo identificar estas hojas sueltas--que ciertamente no le hubiese rendido mucho valor, desde un punto de vista estrictamente arquitectónico.